Son uno de los elementos más importantes que tiene nuestro automóvil en su arquitectura, ya que sin ellos no podremos andar por las calles. También son un elemento desechable, ya que gracias al uso moderado, las desgastan. ¿Quieres saber cómo evitar eso?
Cuando una llanta se usa por mucho tiempo, su geografía se vuelve completamente lisa, provocando que puedas ser susceptible a varios tipos de accidentes, en especial cuando el pavimento está mojado o resbaloso con nieve. Métodos de conducción: Nuestras neumáticos se desgastarán por la conducción, pero si manejamos de manera brusca y descuidada, durarán cada vez menos. Si tú acostumbras a acelerar y frenar bruscamente, el caucho de tus llantas se quedará en el pavimento, desgastando el neumático hasta un punto sin retorno.
Otra acción que desgasta al neumático es la mala costumbre de no frenar al dar determinadas vueltas o curvas. Seguramente has notado que el plástico se queda en las llantas cuando haces esta acción tan temeraria.
Presión de los neumáticos: Lejos de tus métodos de manejo, las llantas se ven perjudicadas gracias a la presión de aire de las mismas. Si la presión de aire de tu llanta es muy baja, esta se calentará y significará un mayor desgaste en los dibujos; Si tu neumático tiene exceso de aire, estos no se adaptarán adecuadamente, es decir, su forma no tocará todo el pavimento. Lo mejor en estos casos es ir con un profesional a revisar la presión; incluso ya existen aparatos digitales para realizar esta tarea adecuadamente. Recomendación que aparece en la puerta del conductor. Evita cambiar de llantas cada cierto tiempo. Si las cuidas y las usas adecuadamente, te aseguramos que aumentará los kilómetros de beneficio.